Intolerancia al Gluten - Enfermedad celíaca
La Enfermedad Celiaca (EC) es una enfermedad sistémica inmunomediada,
provocada por el gluten y prolaminas relacionadas, en individuos genéticamente susceptibles,
y se caracteriza por la presencia de una combinación variable de: manifestaciones clínicas dependientes del gluten,
anticuerpos específicos de EC, haplotipos HLA DQ2 o DQ8 y enteropatía. Esta definición fue actualizada por la ESPGHAN,
Sociedad Europea de Gastroenterología Pediátrica, Hepatología y Nutrición en 2012. (Fuente:
www.celiacos.org).
Esta respuesta autoinmune frente al gluten que produce la atrofia de las vellosidades intestinales
y una inflamación y aumento de la permeabilidad de la mucosa del intestino delgado. La persona celíaca
además posee una flora intestinal distinta al resto de personas, predominando las
bacterias Gram – y viéndose disminuida la proporción de Bifidobacterium. Gran parte de las bacterias
predominantes (Gram -) actúan estimulando la producción de citoquinas proinflamatorias IFN-γ y TNF-α disminuyendo
la producción de citoquinas antiinflamatorias IL-10. Esto genera episodios de inflamación intestinal
que derivan en trastornos y molestias gastrointestinales.
Cuáles son las causas de la intolerancia al Gluten
La causa es una intolerancia al gluten permanente al trigo, cebada, centeno y
probablemente avena que se presenta en las personas genéticamente predispuestas, caracterizada por una reacción
inflamatoria, de base inmune, en la mucosa del intestino delgado que dificulta la absorción de macro y micronutrientes.
El gluten es una proteína que está presente en trigo, cebada, centeno, triticale (híbrido de trigo y centeno),
espelta y posiblemente avena. Representa un 80 % de las proteínas del trigo y está compuesta por gliadina y glutenina.
Posee un bajo nivel nutricional y un alto valor tecnológico, siendo el responsable de la elasticidad de las
masas aportando volumen y esponjosidad. El grano de estos cereales no está compuesto únicamente por gluten,
sino que existen otras partes como son el almidón, el germen o el salvado, que si se extraen de manera cautelosa
(a través del proceso de “molturación húmeda”) y con un control exhaustivo se podrían emplear como ingredientes en
alimentos sin gluten. En la actualidad, la Dieta Sin Gluten es el único tratamiento de la enfermedad celíaca.
Cuáles son los síntomas de la intolerancia al Gluten
Los síntomas más frecuentes son: Diarrea crónica, hinchazón abdominal, estreñimiento, náuseas y vómitos,
debilidad generalizada, erupciones cutáneas, estreñimiento, dolor de cabeza, alteraciones del esmalte dental,
raquitismo, fracturas espontáneas, pérdida de peso y masa muscular, anemia por déficit de hierro o retraso en el
crecimiento en niños. En algunos casos estos síntomas pueden no manifestarse siendo más complicado el diagnóstico. Sin embargo,
tanto en el niño como en el adulto, los síntomas pueden ser atípicos o estar ausentes, dificultando el diagnóstico.
Cómo se diagnostica una intolerancia al Gluten
El diagnóstico es clave a la hora de poder atender a los pacientes con sensibilidad al gluten, ya que
limitándose únicamente a los síntomas es muy complicado de distinguir de la enfermedad celíaca o la alergia
al gluten a pesar de que hay un mayor número de manifestaciones que no son digestivas (dolores de las extremidades,
adormecimiento de brazos o pies, fatiga).
Mediante un examen clínico cuidadoso y una analítica de sangre, que incluya los marcadores
serológicos de enfermedad celíaca (anticuerpos antigliadina, antiendomisio y antitransglutaminasa tisular)
se establece el diagnóstico de sospecha de la enfermedad. El conocimiento reciente de diferentes formas
clínicas de enfermedad celíaca (clásica, atípica, silente, latente, potencial, etc.), ha venido a demostrar
que no siempre se puede establecer un diagnóstico clínico o funcional de la enfermedad celíaca. Por ello,
para el diagnóstico de certeza de la enfermedad celíaca es imprescindible realizar una biopsia intestinal.
Dicha biopsia consiste en la extracción de una muestra de tejido del intestino delgado superior para ver si
está o no dañado. Para realizar esta prueba es necesario que no se haya retirado el gluten de la dieta.
Tratamiento intolerancia al gluten
En función del trastorno relacionado con la intolerancia al gluten que padezca la persona,
los especialistas indicarán el tipo de tratamiento más conveniente. El método más adecuado consiste en dietas
de eliminación del gluten con posterior reintroducción, observándose los cambios clínicos ocurridos en ambos períodos.
En el caso de la alergia y la enfermedad celíaca, su tratamiento consiste en el seguimiento de una dieta
estricta sin gluten durante toda la vida. Esto conlleva una normalización clínica y funcional, así como la reparación
de la lesión vellositaria. El celíaco debe basar su dieta en alimentos naturales: legumbres, carnes, pescados, huevos,
frutas, verduras, hortalizas y cereales sin gluten: arroz y maíz. Deben evitarse, en la medida de lo posible,
los alimentos elaborados y/o envasados, ya que en estos es más difícil garantizar la ausencia de gluten.
La ingestión de pequeñas cantidades de gluten, de una manera continuada, puede causar trastornos importantes y no deseables.
Un porcentaje importante de pacientes (75%) están sin diagnosticar debido, en su mayor parte, a que la EC durante años
se ha relacionado, exclusivamente, con su forma clásica de presentación clínica. Sin embargo, el reconocimiento de otras
formas atípicas de manifestarse, oligo y asintomáticas, combinados con la mayor y mejor utilización de las pruebas complementarias
disponibles, ha permitido poner de manifiesto la existencia de diferentes tipos de EC:
-
Síntomática: Los síntomas son muy diversos, pero todos los pacientes mostrarán una serología, histología y
test genéticos compatibles con la EC.
-
Subclínica: En este caso no existirán síntomas ni signos, aunque sí serán positivas el resto de las pruebas diagnósticas.
-
Latente: Son pacientes que, en un momento determinado, consumiendo gluten, no tienen síntomas y la mucosa intestinal es normal. Existen dos variantes:
-
Tipo A: Fueron diagnosticados de EC en la infancia y se recuperaron por completo tras el inicio de la dieta sin gluten, permaneciendo en estado subclínico con dieta normal.
-
Tipo B: En este caso, con motivo de un estudio previo, se comprobó que la mucosa intestinal era normal, pero posteriormente desarrollarán la enfermedad.
Potencial: Estas personas nunca han presentado una biopsia compatible con la EC pero, del mismo modo que
los grupos anteriores, poseen una predisposición genética determinada por la positividad del HLA-DQ2/DQ8.
Aunque la serología puede ser negativa, presentan un aumento en el número de linfocitos intraepiteliales.
La probabilidad media de desarrollar una EC activa es del 13% y una EC latente del 50%. (Fuente:
www.celiacos.org).
De ahí, que el principal consejo a seguir después del diagnóstico de una EC, es retirar de forma
inmediata y totalmente el gluten de la dieta, y es que las personas con intolerancia al gluten
sufren este problema de manera crónica. Al contrario que otras intolerancias, como la de la lactosa,
que puede sufrirse de manera temporal, quién es celíaco lo es para toda la vida.
También a diferencia de la intolerancia a la lactosa, los celíacos no disponen de pastillas para la intolerancia al
gluten que les permita poder comer con normalidad aunque sea de manera esporádica. Por lo que deben de cuidar su
alimentación cada día, en especial cuando comen fuera de su casa.
Los probióticos, la mejor ayuda para los intolerantes al gluten
Los celíacos tienen una flora intestinal diferente al resto, por eso es tan sensible y se inflama con tanta facilidad.
El uso de probióticos como Flora Diez supone una gran ayuda para recuperar la flora dañada.
Uno de los problemas que tienen los intolerantes es cuando se van de vacaciones. Al comer fuera de casa
es fácil acabar consumiendo algo que contenga gluten o que haya sufrido de contaminación cruzada. Esto
puede hacer que el viaje se convierta en una pesadilla debido a cólicos y molestias.
#1 Es mejor prevenir que curar
Tomar probióticos desde antes de comenzar el viaje y mientras dure el mismo ayuda a prevenir estos problemas,
ya que en caso de que se produzca un error los síntomas no serán tan graves y durarán mucho menos
tiempo al tener la flora intestinal mucho más reforzada.
Los probióticos no necesitan de receta médica y no interfieren con ninguna otra medicación,
por lo que todo el mundo puede tomarlos. Es más, aquellos que tienen que tomar muchos medicamentos por la
causa que fuere, deben de tomar probióticos para evitar daños intestinales.
#2 Lleva siempre encima la relación de marcas que puedes consumir
Otro de los consejos para las personas con intolerancia al gluten es que lleven siempre encima el listado de
marcas y productos que pueden consumir. Está publicado en las páginas de muchas asociaciones de celíacos
e incluso hay Apps para ayudarles. De esta forma, hacer la compra será mucho más fácil.
Cuidando mucho la alimentación y reforzando la flora intestinal con probióticos, los celíacos podrán
hacer una vida normal y disfrutar de comidas tranquilas y digestiones placenteras, sin cólicos
ni molestias que les impidan poder hacer las cosas normales de cada día.
#3 Recupera la flora intestinal
Tanto en los casos de sensibilidad al gluten como en los casos de intolerancia, es habitual que haya graves
problemas de flora intestinal en el momento en el que se establece el diagnóstico. El camino suele ser largo
y, durante el mismo, la persona ha estado consumiendo todo tipo de productos muy dañinos para su salud.
Los probióticos son clave para la recuperación de la flora intestinal y Flora Diez contiene probióticos y
Calcio para ayudar a recuperar totalmente el intestino. Pero, además, no contienen ni gluten y lactosa, por
lo que pueden ser consumidos sin problemas por aquellas personas que tienen estas intolerancias. Esto
es muy importante, ya que algunos probióticos del mercado contienen estos ingredientes, no siendo aptos
para las personas que tienen problemas para digerir estos productos.
#4 Y si se consume Gluten por error
Las personas con intolerancias, una vez diagnosticadas, deben de aprender a comer de nuevo. Tienen que
saber qué marcas pueden consumir y cuáles no pueden. Se acostumbran a mirar las etiquetas con lupa y
cuidan al máximo la preparación de todos sus platos. Pero al principio es habitual cometer ciertos errores
porque se ignora que un determinado alimento pueda contener gluten o lactosa “ocultos”. Es el caso, por
ejemplo, de determinados productos de charcutería que tienen harinas para espesar o carne picada a la que
se añaden cereales.
Otro problema se presenta a la hora de viajar o de comer fuera de casa. Incluso advirtiendo del problema,
en algunos establecimientos parecen no tomarse demasiado en serio este tipo de problemas y, aunque cada vez
hay una mayor concienciación y formación, se siguen cometiendo errores importantes, sobre todo los relacionados
con la contaminación por contacto o contaminación cruzada, que puede resultar complicada.
Si a esto se une el hecho de que comer fuera de casa varios días seguidos siempre causa problemas intestinales,
las vacaciones pueden acabar siendo un problema. Con Flora Diez se previenen este tipo de complicaciones reforzando
la flora intestinal durante esos días y evitando que un pequeño error pueda costarnos un serio trastorno de salud.